viernes, 6 de febrero de 2015

Los Costaleros actuales

Como en todo en la vida, la evolución es un hecho inevitable, por tanto el mundo del costal, no podía estar al margen de esta circunstancia y para ver la situación actual de los costaleros y las cuadrillas, no tenemos más remedio que retrotraernos al comienzo de las cuadrillas de hermanos costaleros.

En la mayoría de los casos, los hombres que conformaban estas cuadrillas, eran jóvenes de la hermandad que en un momento dado y por unas circunstancias, se vieron atraídos por este mundo. Por esa juventud y falta de afinidad con el mundo de las cuadrillas profesionales que hasta ese momento sacaban los pasos, se produce un salto atrás en la forma de vestir del costalero. Esos costales tipo servilleta, “peineteros” en la frente y con el trabajo más alto de donde el capataz igualaba, hizo que la forma de trabajar debajo de los pasos no fuesen las más adecuadas. Innegable es la fe de aquellos hombres, como los de hoy en día, pero con aquellas carencia de conocimientos y porque todo el mundo hacía lo mismo, hacían las barbaridades que nos parecen hoy día, de salir con zapatillas de esparto, costales diminutos con los que era imposible trabajar derecho y las fajas que ocupaban todo el tórax e impedían una correcta respiración, lo que impedían la calidad que hoy día tenemos en nuestras cuadrillas, porque el corazón solo no sirve para sacar los pasos.

Gracias a dios de unos años para acá, los costaleros* en su gran mayoría, se han preocupado de buscar mejores ropas, ir a los ensayos a ver que hacen los demás y quedarse con lo que ellos consideran que es la mejor forma de trabajar. Un costal amplio, ajustado, que no apretado que impida el riego sanguíneo al cerebro, la visera del costal en la unión de la ceja con la nariz o por debajo, ya que este hueso es el que hace de tope a la visera y que haga una buena cuna gracias a una morcilla de dimensiones adecuadas, las nuevas fajas elásticas que complementan a las tradicionales de tela pero de menor ancho para proteger los riñones y permitir una correcta respiración. Así como un calzado con una suela más flexible y cómodo, indispensable para las numerosas horas que tiene que estar de pie, añadido además a otras comodidades como camisetas de tirantas y camisas para no coger frío al salir del paso y los pantalones arremangaos para no pisárselos así como intentar pasar menos calor, han hecho que el costalero tenga mejores herramientas y pueda tener una postura ergonómica trabajando, indispensable para guardar la salud y para que cada uno lleve los kilos que le corresponden, ni más ni menos.

Por toda esta evolución, es inconcebible que se desprecie desde algunos sectores del mundo cofrade a los costaleros que han evolucionado en su forma de vestir y trabajar debajo de los pasos, buscando siempre lo mejor para cargar en su sitio, así como estar lo más cómodo posible, lo que redunda en la forma de andar de los pasos, que cada vez andan mejor y todo es por estos costaleros actuales, esos “jartibles” que solo quieren lo mejor para la Semana Santa. Cada vez las cuadrillas se adecúan mejor a la idiosincrasia de las hermandades a las que pertenecen y no andan todos los pasos igual. En nuestra opinión, lo que debería hacerse en vez de atacar a estos hombres es protegerlos, ya que en la mayoría de las ocasiones a ellos se les exige bastante más que a otros hermanos de la cofradía.


Costalero*  dícese de aquella persona católica, “jartible”, cuyo mayor disfrute en la vida, es sacar de la manera más digna posible a Jesucristo, a su Madre María y a los santos y que se preocupa de probar las novedades y quedarse con lo mejor para realizar su trabajo.

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